La duda
Seguro que has pensando alguna vez que, aun gustándote cómo eres, te gustaría cambiar a mejor en algunas formas de ser o mejorar algunos hábitos para sentirte mejor contigo mismo y disfrutar más de la vida. Sin embargo, si ves muchos frentes abiertos y no sabes por cual empezar, ni siquiera tendrás la fuerza de voluntad para iniciar una mejora. Puede que tengas dudas para mantenerte firme en tu decisión de mejora y que finalmente te desanimes, dejes de hacerlo y te quede sólo la frustración y el tiempo perdido. Sin embargo, ¡no tiene por qué ser así! ¿Quieres mejorar y conseguir resultados? ¡Te enseño como hacerlo!
Haz un inventario de prioridades necesarias
La mayoría de nosotros cuando vamos al supermercado, si somos olvidadizos porque hay mucha cosa que adquirir de diferentes áreas –este es mi caso-, nos va de maravilla hacernos una lista de la compra. ¡Así seguro que todas las urgencias quedan atendidas sin dejarnos nada! Haz lo mismo con tus prioridades de cambio. Imaginemos que pones en tu lista unos 10 asuntos. “Levantarme más temprano, dejar de fumar, dedicar más tiempo a mi hijo para ayudarle a hacer los deberes, controlar mi impulsividad, concéntrame más cuando estudio, etc.” De todos estos, selecciona los que veas que más te afectan. Escoge los asuntos que te reportarían beneficios inmediatos, repito, notarías efectos positivos prácticamente al instante si comenzaras a poner YA esa mejora en práctica. Si la has elegido, la vas a dividir en dos columnas y criterios. La primera columna tendrá anotadas las ventajas de poner a la acción tu necesidad y las razones urgentes para implementarla de inmediato. La segunda columna tendrá anotada los inconvenientes, riesgos y problemas inmediatos de no hacerlo.
Concéntrate y evalúa con objetividad. Deja que tu mente haga el trabajo por ti
En una sesión de autohipnosis yo pensaría por ti para ayudarte a evaluar y filtrar ventajas e inconvenientes para que tomaras la mejor decisión, pero como lector de este artículo, tú deberás hacer por ti el ejercicio. Te aseguro que es fascinante, sorprendentemente motivador y ¡te cambia positivamente la vida!
Concentra tu mente en las secuencias que te digo, primero una, y después la otra. No cambies el orden. Sentado (en un confortable sillón o una cómoda silla) imagina con todo lujo de detalles los inconvenientes de seguir con tu conducta equivocada del momento, en las consecuencias de mantenerla activa y en las repercusiones de futuro para ti. Será incomodo, pero no tengas miedo, ¡hazlo! Dedica a esto unos cinco minutos aproximadamente. Posteriormente, pasa a efectuar la visualización, pero con parámetros activadores positivos: imagínate las ventajas y satisfacciones inmediatas de comenzar a activar esta mejora en concreto, aquí y ahora. Saborea al máximo las ventajas de esta tarea que has elegido de tu lista. ¿Te ves con los pulmones más sanos porque has dejado de fumar? ¿Te sientes más realizado porque has decidido concentrarte para tener más rendimiento en el trabajo? ¿Aumenta tu autoestima porque, al dar más atención a tu familia los vínculos, entre vosotros son más fuertes y positivos?
Terminado el ejercicio evalúa las emociones que has sentido en una visualización o en otra. Entonces, ¡toma una decisión! ¿No la tienes? Vuelve a hacer el ejercicio de nuevo. Te sorprenderás porque cada vez que lo haces entras en más detalles y sensaciones asociadas a lo bueno o malo que estés imaginando. Vuelve a concluirlo. Es posible que espontáneamente ya no tengas que evaluar más. El foco de atención que has activado en tu mente tendrá muy clara la respuesta de lo que debes hacer de inmediato a partir de ahora. Este estado de concentración autohipnótica habrá “despertado” el criterio objetivo de tu mente sabia, y éste habrá tomado una decisión firme con el primer objetivo de tu lista. ¿Te imaginas cual habrá sido esa decisión?